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Marías Jesús Espinoza, dueña de Miel Abeja Dorada: “La apicultura es un tremendo oficio y las abejas entregan un producto increíble. La miel salva vidas”

  • Con 300 millones de abejas y una producción de entre 40 y 60 toneladas de miel al año, la empresa Kolmenares se recupera de años en los que tuvo que dejar su fábrica y estuvo a punto de quebrar. Una apicultura regenerativa que busca potenciar el bosque nativo y con un cuidado excepcional de sus abejas, este producto se puede encontrar en todo Chile gracias al programa 100% Nuestro de Unimarc.

Hace 94 años, en 1930, fue fundada la empresa Kolmenares y su marca, Miel Abeja Dorada por “Don Juan”. Un negocio familiar que creo una tradición de apicultores y que en sus mejores años recibía visitas internacionales a su fábrica y generaba alianzas para potenciar la apicultura regenerativa en Chile. Sin embargo, esta empresa estuvo a punto de desaparecer cuando muere Alberto Poch, hijo de Don Juan hace unos años.


Es ahí donde aparece María Jesús Espinoza, veterinaria de 38 años, nuera de Alberto Poch, y decide comprar Kolmenares en 2021. “Yo no podía entender cómo una empresa con casi 100 años de historia iba a morir porque fallece su líder. Pasamos de estar al borde de la quiebra a estar con números azules, con muchas proyecciones de crecimiento, de investigación. En tres años, el negocio se transformó por completo”, detalla.

Pero no fue solo el salvar la empresa familiar lo que motivó a María Jesús, quien asegura que esto ha sido un camino de mucha conexión porque las abejas son muy especiales. “La apicultura es un tremendo oficio y las abejas entregan un producto increíble. La miel salva vidas y te mantiene en un excelente estado de salud”.


Según cifras del Sistema de Información Pecuaria del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para finales del 2021 se registraron 9.598 apicultores y más de un millón 300 mil colmenas a lo largo de Chile. Kolmenares hoy cuenta con 300 millones de abejas que están repartidas en distintos puntos de la zona centro y sur del país, llegando incluso a la Patagonia. Eso sí, la Miel Abeja Dorada y las abejas que la producen solo están presentes en bosques nativos.


“Esa es la base de la apicultura regenerativa. Con esto no solo producimos una miel premium espectacular, sino que regeneramos ese bosque nativo y que nuestras abejas estén ahí hace que este vuelva a crecer, que siga prosperando y se mantenga sano. Nuestros apiarios están en lugares prístinos donde no hay gente y también tenemos mucho cuidado con las abejas nativas, porque la intención es regenerar de manera sana”, señala María Jesús.


El cuidado de las abejas

“De la colmena al envase” es una de las frases de Kolmenares y los procesos que utilizan están enfocados en la protección de sus abejas por sobre cualquier otra cosa. Una de las claves está en las colmenas y la veterinaria señala que ellas son organismos vivos donde todos sus integrantes saben qué y cómo hacer las cosas.


La empresa utiliza colmenas “Dadant”, que son más grandes y parecidas a una real. “Estas tienen 11 marcos. Hay unos donde está la reina con sus crías, que si fuera el cuerpo humano sería la médula espinal. Al lado tienes marcos donde se alimentan las abejas y arriba hay unos cajones más pequeños que se llaman alzas. Ahí las abejas construyen los marcos con miel. Esto es un proceso digestivo porque no pueden consumir azúcar y con la miel se alimentan, porque además tiene aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales y es un alimento completo”, explica.


Las abejas se quedan en distintos bosques nativos y son trasladadas de vuelta solo en invierno. “Nosotros sacamos polen para su alimentación y comen su miel. A veces no tenemos para vender porque la miel que había se las damos a ellas primero”, indica María Jesús, que cuenta, además, que las invernadas las hacen todas juntas, les ponen unos “ponchitos” para que no les dé frío y les preparan jarabes de su propóleo para fortalecer su sistema inmune. “Son como guaguas”, dice.


“La miel es como el vino”


Abeja Dorada tiene distintas variedades de mieles como Ulmo y Nativas, que son de distintas zonas del país. A pesar de la lejanía, gracias al programa 100% de Unimarc, han podido llevar estas mieles a las mesas de familias de Arica a Punta Arenas y están en 118 locales de la cadena. Marcela Salas, gerenta de Sostenibilidad de SMU, matriz del supermercado, explica que para ellos es un orgullo contar con este tipo de productos.


“El programa 100% Nuestro de Unimarc busca poner en valor productos locales y destacar los sabores tradicionales de diferentes zonas geográficas del país. Apoyar a emprendedores locales, especialmente a quienes tienen la sostenibilidad como uno de sus focos es una prioridad, ya que nuestros clientes cada día son más conscientes”, destaca Salas.


Por su parte, María Jesús recuerda que partieron con el programa en 2012, cuando ella aún no estaba pero que una de las razones por las que no desaparecieron fue porque mantuvieron esta alianza. Además, señala que, “para mi es un golazo que a miel esté de Arica a Punta Arenas. La logística en Chile es muy compleja y es uno de mis mayores costos productivos, entonces yo no hubiese podido llegar a tantos hogares sin el 100% Nuestro, que permiten conectar y entienden el valor del trabajo conjunto”.


En Kolmenares volverán a tener su fábrica propia en Talca, ya que tuvieron que estar arrendando por los problemas de los últimos años. Están creciendo y produciendo entre 40 y 60 toneladas de miel al año. “La miel es como el vino, cada temporada tiene sus características”, explican. Influye el lugar, la tierra, la variedad de árbol, la lluvia, etc.


¿Qué viene ahora? exportar tecnología relacionada con la miel a países como Dubái, Estados Unidos o Brasil e internamente hay proyecciones para hacer un sistema de alianzas con apicultores campesinos que tengan la misma línea que ellos, una línea de protección y respeto por las abejas y sus ciclos naturales. Son 100 años de experiencia y de apicultura que se deben compartir.

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